Comprendemos que estamos a un año para el término del mandato presidencial, pero ello no implica que podamos poner en marcha una serie de políticas de Estado que permitan que el Perú tenga un rol importante en el quehacer internacional y que ello redunde en beneficio directo de nuestro país y nuestros intereses. Esta es una meta que no es difícil de alcanzar y que depende especialmente de la voluntad y el empeño que se ponga en ello. Nuestro terreno de partida es evidentemente la Alianza del Pacífico. La próxima cumbre de este proceso integracionista se llevará a cabo en el Perú. Estaba previsto que la misma se iba a llevar a cabo en el Cusco, pero por la “inteligencia” de los rojos revoltosos de siempre ya no será ahí. Pero lo importante es que el Perú destaque en dicha reunión, a la cual asisten no solo los países que somos miembros (México, Colombia, Chile y Perú), sino los países observadores, que pasan la docena, y especialmente grandes potencias económicas, como EE.UU., Canadá, la Unión Europea, China y Rusia, que vienen a ser nuestros mercados naturales. Por ello, nuestro país debe liderar, y para ello debemos ofertar las mejores condiciones para que se puedan efectuar buenas inversiones, no solo por los montos sino por la calidad de la misma y que nos permitan interesar a buenos socios de nuestro crecimiento y desarrollo. El Perú debe convertirse en la mejor opción para todos esos capitales que se encuentran en busca de oportunidades correctas. Más aún, si pensamos en la Cuenca del Pacífico, nuestra organización (la Alianza del Pacífico) ofrece las mejores oportunidades, ya que en conjunto conformamos el noveno lugar del PBI mundial. Es en dicha cuenca donde se van a llevar a cabo en el futuro los mayores desarrollos. Por eso se deben realizar los mayores esfuerzos para implementar las políticas de Estado que sean necesarias a fin de alcanzar estas metas y seguir incrementando una industria competitiva. Saludamos a la Sociedad Nacional de Industrias por su 119 aniversario.