Sería bueno saber por qué la mayoría de congresistas permite que Alianza para el Progreso (APP), el partido de César Acuña, maneje a su antojo el Congreso desde julio de 2023, cuando cayó en manos de Alejandro Soto, quien jamás dio la cara a los medios y al país por andar metido en más de un lío; y más tarde a través de Eduardo Salhuana, a quien en su momento se le vinculó con la minería ilegal y ahora es un gran defensor de la contratación con un sueldo de 19 mil soles de Yessenia Lozano, la “hija política” de su líder.

La bancada de APP es minoritaria. Está muy lejos de ser una mayoría como para que se justifique que tenga el manejo administrativo del Congreso como lo tuvo el fujimorismo entre los años 2016 y 2019. Por eso, está claro que la gente del resto de bancadas, la que ahora se la da de “indignada” por la salida a la luz del caso de Lozano, permite esta situación que ha derivado en que César Acuña haya convertido al Poder Legislativo en su chacra y hasta en su agencia de empleos.

No olvidemos que el partido de Acuña fue el que colocó a Jorge Luis Torres Saravia al frente de la Oficina Legal y Constitucional del Congreso, desde donde habría dirigido una presunta red de prostitución, escándalo en el que de por medio está el asesinato de la extrabajadora Andres Vidal y un taxista, situación que trató de ser “maquillada” en redes sociales por un asesor del señor Salhuana, según dijo públicamente la anterior jefa de Comunicaciones, también militante de APP.

Recordemos que en medio de toda esa situación los peruanos supimos que los funcionarios nombrados en diferentes cargos en el Poder Legislativo iban a la casa de Richard Acuña, el hijo del dueño de APP, a agradecerle por el puesto de trabajo asignado. Ahora hemos sabido que la “hija política” del tenía un empleo de ensueño, con sueldo mayor al de un congresista, seguridad y asistentes, por recomendación del propio Salhuana, quien además la incluyó en su comitiva para un cuestionado viaje a China.

Insisto, por qué el resto de legisladores de derecha, izquierda o como quieran definirse, permiten que APP y los Acuña hagan lo que les da la gana en el Congreso. Por el escándalo de Torres Saravia hace tiempo de Salhuana debió ser censurado, pero ahí lo vemos en funciones, defendiendo a capa y espada a la “hija” de su jefe. Ojalá algún día sepamos cuál es el acuerdo bajo la mesa (directiva) que hace esto posible, y que solo aporta a que la gente en la calle rechace más a este poder del Estado tan venido a menos.

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