El país está en crisis hace meses, eso es innegable, pero es destacable que, pese a ello, la economía siga creciendo por encima del promedio aunque las proyecciones del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) indican que este ciclo se estancará e irá poniéndose peor conforme sigan las manifestaciones y no se logren.

Por un lado, hay grupos que quieren cambiar la Constitución sin saber específicamente qué quieren modificar de la Carta Magna, otros piden la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y el retorno del golpista Pedro Castillo así como el cierre del Congreso. Todos son azuzados por quienes quieren que se mantenga el caos a fin de poder lograr réditos o continuar con sus actividades ilegales mientras el gobierno se concentra en aplacar las protestas. En este grupo podemos nombrar a la minería ilegal, remanentes narcoterroristas, el Movadef, entre otros.

En el otro frente está el gobierno, aquel que colocó cerca de 12 mil policías para lograr el fracaso de la llamada “Toma de Lima”, pero que no puede lograr el retorno de la calma que todos anhelamos.Mientras esto ocurre, en el medio está la ciudadanía, con reclamos válidos y años de postergación que quiere vivir en un país mejor donde, por ejemplo, no tenga que verse obligado que salir de su región y viajar a Lima para recibir atención médica especializada.

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