El término reelección se ha desprestigiado tanto en el país por culpa de malas autoridades que, con tal de entornillarse en el poder, utilizaban los recursos públicos a su antojo durante la campaña. Sin embargo, considero que en ciertos puestos públicos debería reconsiderarse la opción de, al menos, poder postular una vez más al mismo cargo.
En el último referéndum convocado por el gobierno de Vizcarra el 2018, la mayoría de peruanos consideró nefasta la reelección de congresistas porque sentía que el Estado mantenía parásitos que permanecían año tras año en su escaño sin mayor producción legislativa. El 85 % votó a favor de que no continúen más de un periodo pensando en que todo mejoraría. ¿Se logró el objetivo?
Años atrás, el 2015, el Congreso aprobó una reforma constitucional para la no reelección inmediata de alcaldes y gobernadores regionales en una época en la que los casos de corrupción eran el pan de cada día.
Para estos cargos públicos, alcaldes, gobernadores y congresistas, se ha demostrado que, por un tema de aprovechamiento político, se les cercenó un derecho constitucional a aquellos que por mandato popular obtuvieron un puesto. Además, es el voto evaluador el que decide si aquella persona sirve o no para continuar, y, según el análisis electoral, sólo el 15 % logra repetir el plato.
Contar sólo con un periodo de gestión no presiona a la autoridad a trabajar mejor, sino a sacarle provecho personal al cargo. Tampoco garantiza que no haya actos de corrupción por tiempos más largos. Aquí el problema es que se elige mal y no nos hacemos responsables de nuestras decisiones. Finalmente, aprobar la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores está en manos del Congreso.