El modelo político, social y económico de la Constitución de 1993 prioriza el individualismo egoísta y busca debilitar todas las organizaciones.
El Estado permite que las fuerzas del libre mercado decidan qué hacer y qué no hacer en diversos campos, incluida la salud, como lo evidencia el lamentable fallecimiento del congresista de Fuerza Popular.
El modelo neoliberal al reducir el tamaño del Estado lo incapacita para responder ante situaciones de emergencia como el fenómeno El Niño, sequías, narcotráfico, entre otras muchas.
La elección como presidente de Pedro Castillo expresó aspiraciones de cambio y justicia social, aunque su desempeño terminó causando una gran frustración.
La derecha como clase dominante busca aplastar a los sectores populares que se movilizaron masivamente durante diciembre del 2022 y los primeros meses del 2023, implementando una represión neofascista.
La fuerza desplegada por el movimiento popular defendiendo su derecho democrático a elegir a Pedro Castillo como mandatario, continúa la lucha por construir la República.
Estamos caminando a una confrontación de grandes proporciones, donde la debilidad de los partidos políticos vuelve impredecible el curso de los acontecimientos, mientras las fuerzas de la derecha recurren al control de las instituciones del Estado particularmente las fuerzas militares y policiales y cuentan con el beneplácito de los medios de comunicación en su mayoría oficialistas.
Las fuerzas de cambio se están movilizando cada vez con más intensidad y frecuencia, pero carecen de una vanguardia, de un partido o frente de partidos progresistas, con la capacidad suficiente para elevar sus movilizaciones y luchas hacia un nuevo orden social.
Necesitamos la unidad de todas las fuerzas que luchan por el cambio en base a un programa, diálogo, respeto a las diferencias y toma de decisiones colectiva y democrática.