Desde este espacio hemos pedido que las campañas electorales de los candidatos a la presidencia de la República y al Congreso sean con protocolo sanitario. Es paradójico que mientras se mantiene el estado de emergencia por la pandemia y las reuniones, siguen prohibidas, casi todos los postulantes generan aglomeraciones en sus actividades proselitistas.

La ministra de Salud, Pilar Mazzetti, pidió a los líderes de los partidos políticos evitar los abrazos, los bailes y la comunicación frente a frente y sin mascarilla. “Hemos visto comportamiento no adecuados y creemos que es necesario hacer un ajuste”, dijo.

En tanto, la presidente del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, enfatizó que las organizaciones políticas deben ser más creativas y buscar vínculos con la gente sin exponerla a contagiarse con la COVID-19. Además prometió una coordinación estrecha con los organismos electorales para plantearles algunas medidas “desde la perspectiva sanitaria”.

Lo cierto es que más allá de las buenas intenciones no hay ninguna norma concreta que impida a los candidatos realizar actos públicos que pongan en peligro a sus seguidores y también a ellos mismos. Esperemos que las coordinaciones de alto nivel den resultados efectivos. Si el mensaje de nuestras autoridades es “no bajar la guardia” y “a seguir cuidándose”, es evidente que todos debemos cumplir ello.