El calamar gigante o pota es el segundo recurso pesquero más importante del Perú, pues representa el 43% de nuestras exportaciones pesqueras no tradicionales, además de ser fuente de proteínas de bajo costo para las familias peruanas.

De acuerdo con Imarpe, esta especie - que se encuentra en estado de subexplotación – es extraída únicamente por la flota artesanal, registrándose una cuota de captura para el 2020 de 560,000 toneladas. Perú, al igual que Ecuador, Chile y Argentina, forma parte de la denominada “ruta del calamar”, por la abundancia de este recurso en sus costas.

En este contexto, es un secreto a voces que todos los años, embarcaciones principalmente de China se instalan justo al borde de las 200 millas peruanas para extraer este recurso.

Esta flota que tiene barcos con capacidad de bodega de entre 500 y 1,500 toneladas, si bien opera en aguas internacionales y no trasgrede ninguna norma internacional, al extraer un recurso no regulado en esas aguas, podría impactar negativamente en el ecosistema peruano, ya que opera sin ningún control, además de afectar nuestras exportaciones. En tal sentido, consideramos que sería conveniente promover una regulación internacional al respecto.

Asimismo, en algunas ocasiones, esta flota ingresa a nuestras 200 millas realizando una actividad ilegal que debería ser sancionada de manera drástica. En este contexto, la norma dictada recientemente por Produce, obligando a que los barcos extranjeros lleven un equipo satelital para su monitoreo es sumamente oportuna.

Por ello, debemos estar en un estado de vigilia permanente para defender no sólo nuestra soberanía sino la sostenibilidad de nuestro ecosistema marino.