Al último líder político que se le vio llevando una fortuna en partes de su cuerpo fue al fundador del FREPAP, Ezequiel Ataucusi Gamonal. Cuando falleció, en abril del 2000, fue velado con una corona bañada de oro y piedras jade y una pechera de diamantes.

Pasaron más de 20 años y otra persona con poder exhibía joyas y relojes muy costosos. Se trata de Dina Boluarte, quien a raíz del escándalo del caso Rolex se acerca al 100% de rechazo de los peruanos. .

A los que dicen que el tema de las joyas de Dina Boluarte es una frivolidad y que hay que darle prioridad a otros asuntos, sería bueno que le tomen el pulso al sentir de la gente (el 8% de peruanos desaprueba a la mandataria, según Datum). Esto no solo es un síntoma del descontento de los peruanos sino principalmente grafica el  hartazgo por este Gobierno. Y cuidado, que hay algunos personajes agazapados que están listos para sacar la cabeza y erigirse los salvadores de la Patria, cuando lo único que quieren es mandar el sistema democrático al abismo.

El escritor español Arturo Pérez-Reverte decía que “en un mundo sin líderes, cuando esto pase y lleguen las consecuencias habrá negocio para demagogos, oportunistas y canallas. Algunos están ahí, frotándose las manos. Todas las dictaduras que recuerdo empezaron con alguien que entre las ruinas de algo prometían pan y seguridad”. Todo lo que describe el también periodista existe hoy en el Perú. No hay líderes, pero sí tierra fértil para los sátrapas, que están listos para tomar el Perú. Lo único que esperamos es que este vaticinio no se cumpla. Depende de nosotros, los electores, pero también de nuevos actores en la política peruana. Capaces, pero principalmente honestos.

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