Se hace llamar Mayimbú, pero su nombre real es José Luis Mendoza. Cuenta que se ganaba la vida como “cómico ambulante” hasta que de tanto acudir como espectador a la secuencia playera del programa Verano

extremo, terminó convirtiéndose en invitado frecuente con participación asegurada en los juegos del espacio.

Luego, por obra y gracia del conductor del programa, saltó a la categoría de coanimador y finalmente fue considerado como parte del elenco de la producción veraniega. Por si usted, querido lector, a pesar de haberle resumido parte de su historia, no sabe de la existencia de Mayimbú, les contamos que el muchacho en mención es casi la estrella de moda en Latina, canal que lo convoca a muchos de sus programas de entretenimiento, le ha

dedicado muchos reportajes y él feliz como una lombriz. Disfruta su cuarto de hora, pero no sabemos si él

se da cuenta que así será.

Y aquí está el detalle, en la televisión comercial, y es mejor que lo terminen entendiendo quienes participan en la industria, solo vives hasta que sirves. Te pueden vender como el más carismático, talentoso, popular e irreverente, pero si es que ya no ayudas a subir esos puntos de audiencia llamados rating, te bajan el dedo inexorablemente. Valgan verdades, la mayoría de las figuras de la pantalla saben a qué se atienen cuando ingresan al negocio, pero ¿lo sabrá Mayimbú? Cuya inocencia y candor es su marca registrada. Hoy lo exprimen, lo tienen al aire mañana, tarde y noche, pero alguien de buena voluntad, uno de esos que hoy lo utiliza, le habrá aclarado que lo suyo es solo pasajero, que durará hasta que llegue otro a quien también le puedan tomar el pelo, haga reír o soporte el bullying televisivo, allí nomás quedará. Y luego, next... que venga el siguiente. “Mayimbús” hay muchos en la historia de la televisión de los que nadie hoy se acuerda, pero que la pantalla chica proyectó, usó y luego descartó. No les importó el drama de su caída, ni de verse de un momento a otro sin trabajo. Muchos de ellos se quedaron añorando tiempos idos y hasta pidiendo pensiones de gracia, drama aumentado. ¿Esto va a cambiar? No, ¿seguirá sucediendo? Sí, lo ideal entonces es que así como te prometen bajar las estrellas cuando te proponen ser una “figura” de la televisión, también te adelanten lo que te va a pasar. Si no lo llegas a comprender, ese será tu problema.