Nuestro país se está desangrando, “gota a gota”, desde las familias más humildes y vulnerables de la patria mientras los políticos siguen en sus propias agendas. Después de viajar a diversas ciudades y dialogar con emprendedores, transportistas y madres de familia puedo decir que vivimos un fenómeno criminal silenciado: El robo y la extorsión del “gota a gota”.

Mafias que han llegado del extranjero aprovecharon la vulnerabilidad de gran parte de las familias peruanas, quienes viven entre la informalidad y la falta de apoyo estatal y privado para acceder al crédito, imponiendo su criminal actividad. Estas mafias realizan micro préstamos que generan un vínculo inicial aparentemente inofensivo, pero que rápidamente se transforma en extorsión, robo y violencia. No importa si nuestros ciudadanos pagan el préstamo inicial a tasas exorbitantes, los criminales vuelven a darle un préstamo no solicitado con tasas mayores. Finalmente si la familia no paga, obligan vía amenazas a que personas inocentes cometan delitos como el trafico ilícito de drogas o someten a mujeres a la trata de personas.

Esto que suena a trama de película de Netflix lo están viviendo miles de compatriotas, que por la falta de interés de nuestras autoridades y el abandono de sus representantes, hoy viven en el terror de estas organizaciones criminales. De nada sirve crecer económicamente si nuestras familias son sometidas a delincuentes que abusan y destruyen a la célula básica de nuestra sociedad. Es increíble que todo esto ocurra impunemente. Es hora de ponerle fin al “gota a gota”, eliminar a estas mafias y formalizar todo proceso de préstamos dentro de un sistema amplio que incluya a los bancos y a las entidades de micro finanzas, que el Estado imponga su poder para defender a las víctimas y que las mafias extranjeras sean sometidas por nuestra ley. Si no es ahora, ¿cuándo?

TAGS RELACIONADOS