El Gobierno tendrá que reaccionar pronto y eficazmente si no quiere que el tema Belaunde Lossio le explote gravemente en las manos, con la consiguiente enorme factura política que ello supone.

La última medición de Ipsos es elocuente. El 46% de los encuestados estima que el Presidente es cómplice del prófugo empresario y el 82% piensa que el régimen lo protege. La única vía para que esa idea cambie es que el oficialismo pase de comunicados y expresiones “lavamanos” a la captura inmediata del exasesor y amigo de la pareja presidencial.

Las últimas declaraciones del Presidente sobre el caso han sido francamente calamitosas. Erigiéndose en defensor de oficio de Belaunde Lossio, el jefe de Estado relativizó las acusaciones en su contra y casi acusó a la oposición de hacer un escándalo ahí donde “no había nada”. Bueno pues, ahí están los resultados a nivel de opinión pública.

Por otro lado, si el Gobierno en algún momento ha estimado que la importante captura de Rodolfo Orellana (destacado logro que no hay que mezquinar a la PNP, especialmente a la Dirandro, al propio ministro Urresti, y desde luego a la procuradora Príncipe y a la fiscal Barreto) iba a desviar la sensación de impunidad frente al tema Belaunde Lossio, pues se equivoca de cabo a rabo.

No solo es un error, sino que si el proceso Orellana se conduce adecuada y transparentemente, la información que este sujeto debe brindar debería preocupar más que aliviar al régimen, habida cuenta de las conexiones con amigos y exsocios de ruta del Partido Nacionalista, entre ellos el propio Belaunde Lossio.

Si el jefe de Estado me permite un par de sugerencias, le diría: Uno. Así como usted envió una dura carta al presidente del BCR, Julio Velarde, pidiéndole que no haga efectivo su aumento de sueldo en 6% por un tema de “imagen de la institución”, haga lo mismo, pero en privado, con el actual fiscal de la Nación, diciéndole: “Carlitos, mejor renuncia, viejo, porque la mala imagen que tu permanencia en el cargo transmite al Ministerio Público es cien veces peor que la del aumento de sueldo de Velarde”.

Y dos. Dígale, Presidente, a su histriónico ministro del Interior, también en privado: “Daniel, nadie te va a creer que pudiste atrapar a Orellana, a Benedicto y a Paul Olórtiga y no a Martín, así que mejor chápalo ya”.