Si volviera a nacer sería abogado. Estoy muy feliz con mi carrera, pasando, ahora por la pandemia, buena parte del día, extasiado en esta hermosa y amplia biblioteca que Liliana, mi esposa, construyó ad hoc para mí. Me cuelgo de este excusado introito para celebrar con todos mis colegas de la Patria y los que en esta tierra bendita ejercen la profesión de advocatus -como era en los tiempos de Roma-, el Día del Abogado en el Perú, cuya emblemática efeméride se dio por la memorable coincidencia en este día -2 de abril-, de un lado, del fallecimiento del jurista criollo limeño, Vicente Morales Duárez (1755-1812), hace 209 años, que en representación de las provincias americanas, llegó a ocupar la altísima membresía de presidente de las Cortes de Cádiz en 1812 (España), y de otro, del natalicio, hace 187 años, del eminente hombre del derecho del Perú republicano del siglo XIX, el arequipeño Don Francisco García-Calderón Landa (1834-1905), autor del afamado “Diccionario de la Legislación Peruana”, que fuera elegido presidente provisional del Perú (1881), y que por rehusarse a firmar un tratado impuesto por Chile, fue enviado preso a Santiago durante la guerra. A nivel nacional somos más de 130 mil abogados y prácticamente no existe universidad en el país que no imparta la carrera de Derecho. La crisis de la profesión se debe a que muchos abogados no están bien formados. Son pocos los que leen con rigor la ciencia del derecho y muchos los que leen poco o nada, prefiriendo las separatas a las obras de los publicistas. El abogado debe poseer una envidiable formación humanística -Basadre decía que “el mejor abogado es el que sabe historia”-, que es fundamental para pensar con criterio jurídico, que no es cualquier criterio, sino el indispensable para conseguir lo justo, que es la finalidad suprema del derecho. Por eso, los estudiantes de derecho no deben desesperar por las prácticas pre-profesionales a poco de iniciada la carrera. Es un grave error. Las valiosas horas de esa etapa necesaria, rigurosa y apasionante de densa formación teórica, NUNCA, JAMÁS, serán recuperadas. Todo a su tiempo. Recordemos al jurista uruguayo, Eduardo J. Couture que dijo: “El derecho se aprende estudiando y se ejerce pensando”. ¡Feliz día, colegas!.