Se ha vuelto común que los peruanos, al encontrarse, solo hablen de lo mal que está la situación, como si compartieran la preocupación por un ser querido gravemente enfermo. Es lo que vive hoy el Perú, y que en su momento tendrá que ser superado.

Pero los escándalos y las irregularidades no son exclusivos del Gobierno o el Congreso. También alcanzan al Ministerio Público, donde incluso aquellos que se han erigido como abanderados de la lucha contra la corrupción están bajo sospecha. Fiscales de alto perfil como José Domingo Pérez, Rafael Vela y Marita Barreto enfrentan cuestionamientos por presuntos desbalances patrimoniales, ya que sus bienes y propiedades no se corresponderían con sus ingresos declarados.

Si bien la Fiscalía ha abierto una investigación contra José Domingo Pérez, hasta el momento no ha ocurrido lo mismo con Vela ni Barreto. En su lugar, la Fiscal de la Nación, Delia Espinoza, ha encargado a las fiscalías especializadas que evalúen si existen méritos suficientes para iniciar una indagación formal en su contra.

Los encargados de impartir justicia deben ser los primeros en demostrar transparencia y honestidad. No es posible que fiscales con sospechas de enriquecimiento ilícito sigan en funciones sin ser investigados con el mismo rigor con el que ellos persiguen a otros. La Fiscal de la Nación tiene en sus manos la responsabilidad de actuar con firmeza. La justicia debe prevalecer, caiga quien caiga.