Mientras más tarde los deportistas escojan su especialidad (en este caso el fútbol), y más se hayan dedicado al deporte recreativo sin el rigor de un entrenamiento físico temprano orientado a esa especialidad, más probable es que cultiven la plenitud de sus talentos deportivos. Los investigadores alemanes Manuel Hornig, Friedhelm Aust y Arne Güllich investigaron los antecedentes deportivos de diversos futbolistas, incluyendo a los campeones mundiales del 2014 y varios grupos de amateurs. (European Journal of Sport Science 2016; 16 (1): 96-105).

Encontraron que los jugadores del equipo nacional se diferenciaban de los aficionados en practicar más fútbol recreativo en la infancia, más participación en otros deportes en la adolescencia, y una especialización más tardía en fútbol organizado solo a los 22 años o más. En relación con muchos otros estudios, estos jugadores realizaron prácticas menos organizadas, menos acondicionamiento físico, pero más actividades de juego. Esto ha sido citado por David Epstein en RANGE como uno de los múltiples ejemplos del error que cometen los colegios cuando procuran que los alumnos escojan tempranamente una especialidad deportiva (o artística) entrenándolos para tal fin, en vez de animarlos a practicar diversos deportes antes de escoger el que más les apasiona. Dicho sea de paso, grandes deportistas, aún ya realizados profesionalmente, tienden a practicar deportes en varias especialidades, sin encasillarse en una. Así, amplían el espectro de sus destrezas y paradigmas mentales que pondrán en juego en el deporte en el que se especializan.