En momentos de pandemia, en que miles de peruanos se está muriendo por falta de hospitales, médicos, oxígeno y medicinas, lo que se necesitaba al frente de gabinete ministerial era un gerente, un gestor, un articulador, y no un señorón de la política, un amigo de los discursos y los gestos para las tribunas y los libros de historia. En ese sentido, la designación de Walter Martos parece una acertada medida de parte del presidente Martín Vizcarra.

Urge poner a caminar al Estado paquidérmico e indolente que tarda dos meses en aprobar una donación de oxígeno, ese que demora semanas en sacar medicinas de los almacenes, el que tiene que filosofar antes de hacer a un lado a los ineficientes gobernadores regionales para tomar el control de los hospitales en provincias, el que sigue con la calculadora en la mano sin ponerse de acuerdo para ver cuántos contagiados y muertos tenemos desde marzo a causa del COVID-19.

No es momento para las reuniones con los políticos que ofrecen su apoyo y más tarde dan las espaldas al momento de votar. Es hora de actuar para salvar vidas, y en ese sentido el premier Martos viene con antecedentes muy positivos desde el sector Defensa. Junto a la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, tienen mucho por hacer para evitar la muerte de más peruanos por falta de asistencia. Esa debe ser la prioridad del general retirado en su paso por el Poder Ejecutivo en horas tan críticas.

El aspecto económico también debe ser pilar en la gestión que va de aquí a julio del próximo año. Es otra de las tragedias que vivimos. Urge articular el sector de la ratificada María Antonieta Alva con Trabajo, Producción y Energía y Minas a fin de salir de ese hoyo que significa falta de empleo y más pobreza. A propósito, en este campo hay cifras pendientes de sinceramiento. No es lo mismo abrir el 80 o 90 por ciento de negocios, que haber recuperado la economía en ese mismo porcentaje.

El nuevo jefe del gabinete tiene la gran ventaja de no contar con anticuerpos políticos, algo que sobraban a Pedro Cateriano, quien hizo carrera a base de la confrontación y el blindaje de personajes dudosos como Ollanta Humala y Nadine Heredia. Es de esperarse que el desastre de Congreso que tenemos se ponga la mano en el pecho, dé el voto de confianza al equipo encabezado por el premier Martos y lo deje trabajar. Miles de agonizantes y pobres lo necesitan.