El gobierno del presidente Pedro Castillo ha dado un durísimo golpe a la inversión privada y a la generación de empleo, al poner en vigencia una norma absurda que no hace más que fomentar la formación de sindicatos y la convocatoria a huelgas, lo cual es un sinsentido en momentos en que urge reactivar nuestra economía golpeada por la pandemia y la sola presencia de Perú Libre en el gobierno.

Sin embargo, qué se puede esperar de un “sindicalista básico”, según lo ha definido su expremier Guido Bellido, un agitador de plazuela que se hizo conocido en el país por encabezar una huelga de profesores en 2017 que casi hace perder el año escolar a miles de niños y jóvenes de la escuela pública.

Hoy ese personaje tan nocivo para la educación y que más ha estado gozando de licencia sindical que trabajando en un aula, es el presidente del Perú y desde Palacio de Gobierno ha hecho realidad su sueño del sindicato propio.

Qué dirán ahora los “inocentes” que señalaban que las críticas sobre lo que Castillo podría hacer contra la inversión y la generación de empleo, eran exageradas. ¿Qué empresa va a salir a contratar personal sabiendo que estaría cavando su propia tumba al estar metiendo en su compañía a potenciales sindicalistas y huelguistas amparados en la nueva norma?

Una razón más, para exigir que este gobierno acabe de una vez.