Mientras el partido de César Acuña se mantiene cimbreante en el Congreso, en Trujillo se ha desatado una suerte de guerra fratricida. El motín en disputa, por así decirlo, es la candidatura a la alcaldía de Trujillo.
Por estos días las dos facciones de Alianza Para el Progreso que buscan imponerse en las próximas elecciones internas se atacan en redes sociales o filtrando denuncias altisonantes en los medios locales. Una facción está con el actual alcalde de la provincia de Trujillo, José Ruiz; mientras que la otra apoya al actual alcalde del distrito de La Esperanza, Martín Namay. Ambos, políticos relativamente jóvenes y de rápido ascenso político dentro del partido de Acuña, quiere ocupar el tan codiciado sillón municipal.
Es necesario explicar que Ruiz quiere repetir el plato porque hoy lo ocupa por sucesión: asumió el cargo ante la vacancia de Daniel Marcelo, sentenciado y hoy prófugo de la justicia. Ruiz fue teniente alcalde, y como tal, ante la destitución de Marcelo, llegó a la alcaldía. Ahora quiere llegar al máximo cargo municipal de la provincia de modo oficial, a través de una elección popular. Quiere gobernar por cuatro años completos y desde el inicio.
Y al frente tiene a Namay, quien justamente fue teniente alcalde de Daniel Marcelo en La Esperanza. Cuando este último postuló y ganó la alcaldía de Trujillo, Namay hizo lo propio en el distrito esperancino.
Ahora Ruiz y Namay luchan palmo a palmo por ser el candidato de APP en Trujillo. Hay denuncias graves de corrupción por estos días entre las dos facciones, en las que sale implicado el hermano del líder del partido, Oscar Acuña. Este tiene poder dirigencial en APP, y se ha decantado ostensiblemente por Namay.
Mientras tanto, César Acuña, quien anunció que será candidato al Gobierno Regional de La Libertad, mira todo en silencio.