Suscribo absolutamente lo escrito el último lunes por Cecilia Blume con respecto al problema del tráfico en la capital y añado algunos conceptos críticos sobre el tema. El primero de ellos es adherirme a la total indignación de la ciudadanía, que en autos particulares, combis, micros, buses o trenes debe padecer varias horas de cada día el calvario de la congestión vehicular o, en su defecto, la espera interminable para abordar los sistemas que supuestamente no se afectan con ella: el Metro de Lima y el Metropolitano. 

Una Autoridad Autónoma es indispensable y urgente. Lo es más no solo por el ingente gasto que deriva de las horas-hombre perdidas y el combustible echado a la basura, sino por el justificado hartazgo ciudadano, con su correlato de estrés, tensiones y cargas emocionales, que conciben el invisible germen de enfermedades crónicas o terminales. 

Y ante esto, ¿qué ha hecho Luis Castañeda Lossio? ¿Tiene algún interés por alguna medida, aunque sea administrativa, como el pico y placa que sí funcionó en Bogotá? ¿Tan incompetente es que no puede prohibir que todos los vehículos descansen una vez por semana? ¿No puede ordenar que las unidades más antiguas dejen ya de circular? ¿Que las de carga pesada solo salgan de madrugada? ¿Y Martín Vizcarra? ¿No se ha dado cuenta de que este es el principal problema de la capital? ¿Que la gente lo considera más grave y perjudicial que la inseguridad ciudadana? ¿Que no todo es Chinchero y la reconstrucción? ¿Y el Congreso y su Comisión de Transportes? Crean comisiones políticas por quítame esta paja. ¿Se les ha ocurrido crear una comisión que analice esta problemática y plantee soluciones? ¿En qué están pensando todos? ¿En la luna de Paita? ¿En el programa de TV de PPK? ¿En el matrimonio de Mario Hart y Korina? ¡Por favor! Cada vez que cobren su sueldo, a ver si se acuerdan del contribuyente que, con sus impuestos, les paga.