¿Hasta cuándo?
¿Hasta cuándo?

Al Gobierno se le advirtió el daño que le hace a la imagen presidencial el protagonismo de la esposa del presidente Humala. Hoy cuando las encuestas reconocen que es la señora Heredia la que manda en el país, el daño está hecho. El país le ha perdido fe al presidente Humala, y hoy es materia de un señalamiento poco conveniente para la democracia.

Por su parte, el presidente Humala hace todo lo posible por mostrarse simplón y prepotente. Las radios repiten sus frases cachaconas como parte del material para generar humor en sus transmisiones. Sus intervenciones en público al inaugurar alguna obra, muestran que no tiene un equipo que lo asesore ni que le prepare algunas frases para cada presentación. Saben llenar una agenda con actividades, pero no le dan contenido a estas, perdiéndose el impacto que normalmente debería tener la palabra presidencial.

Ollanta Humala de hoy es producto de la confusión de llevar adelante un plan en el que no cree. Hace pocos días, refiriéndose a Gregorio Santos, dijo que el presidente regional no había aprendido que no se debe mezclar la economía con la ideología. Es una frase que grafica lo que sucede con Humala: un político que no se avergüenza de su pragmatismo.

La situación del país podría volverse convulsa de tener problemas en el manejo económico. Con un presidente confuso y una esposa ambiciosa, sin el control suficiente desde el Parlamento. Con una oposición que solo actúa mediáticamente, buscando espacio en radio o televisión para comentar lo que sucede, pero sin tomar las acciones necesarias. La política navega sin rumbo, llevada por el buen viento de la economía ¿Hasta cuándo?