Cuando se habla de las instituciones científicas en el país, se nos viene a la mente muchos nombres, pero es necesario saber que los primeros estudios geofísicos sobre nuestra Tierra y su entorno desde el Perú se hicieron en el año 1922 con el Instituto Magnético de Huancayo, ubicado cerca de la localidad de Huayao, provincia de Chupaca, en Junín. Considerado la cuna del Instituto Geofísico del Perú.

En ese mismo año, se iniciaron las primeras observaciones del campo magnético de la Tierra, principal capa que protege de los pequeños meteoros y de llamaradas que frecuentemente emite el Sol. Luego, iniciaron los estudios de radiación solar, ionosfera, interacción de las partículas cósmicas en la atmósfera terrestre, meteorología y sismología.

Estos estudios marcaron hitos en el conocimiento del planeta Tierra desde el Perú y contribuyeron a comprender que todos estos procesos y sus anomalías son cíclicos. Es así como, en el año 1947, este importante observatorio toma el nombre de Instituto Geofísico de Huancayo, bajo el liderazgo del ingeniero Alberto Giesecke, quien siguió impulsando las investigaciones geofísicas con mayor aporte a la sociedad.

En el año 1962, la institución toma el nombre de Instituto Geofísico del Perú (IGP) y se constituye en el pilar para impulsar la primera institución de investigación en geofísica en el Perú.

Hoy en día, desde el IGP se investiga y monitorea a los sismos, a nuestros volcanes, nuestro clima, nuestro océano, conocimiento que cada día nos permite construir cultura de prevención. Pues no se puede hablar de Gestión del Riesgo de Desastres (GRD) si no se cuenta con el conocimiento científico y es ahí el rol del IGP como primera institución científica en geofísica en nuestro país.

Este año cumplimos 100 años de generar ciencia, 100 años de contribuir a la GRD y lo hacemos con la misma pasión de nuestros antecesores y respetando su legado para seguir haciendo ciencia para protegernos, ciencia para avanzar.