Por más que tratamos de entender qué es lo que quiere decir el presidente Humala cuando habla de inclusión, nos encontramos en una nebulosa. De qué inclusión se está hablando si en lo más importante, como es la sanidad para el ser humano, el Seguro Social es una institución indolente para con los ciudadanos que requieren atención. 

Es increíble el vía crucis que tienen que pasar, por ejemplo, las mujeres parturientas que necesitan acudir a EsSalud o a los hospitales del Estado. No las atienden, les dicen, aunque estén con tremendos dolores; que regresen cuando les toca su cita. Qué clase de servidores son los que operan en dichas instituciones. 

Para no atenderlas las mandan a tomarse ecografías, pero claro que para ello tienen que ir otro día, por lo que en muchos casos pierden la criatura en esa espera o ambos fallecen, madre y bebé. ¡Cómo es posible que estas situaciones se vayan dando sin siquiera las autoridades responsables tomen cartas en el asunto! ¡Qué clase de sociedad se está gestando en este país! 

Y no nos vengan a decir que estas situaciones inhumanas son resultado de la guerra con Sendero, en la cual la población se volvió insensible al dolor. Este es un problema educacional y de sociedad que parte desde el hogar. Ello lo estamos percibiendo en la cantidad de feminicidios que hay y el maltrato a la niñez.

Debemos reaccionar. Esto se produce sobre todo en las clases más necesitadas. Lo vemos en los conos y distritos de la periferia de Lima, donde se les da un trato insensible e inhumano. Esto debe corregirse de inmediato o que cambien de personal.