Lo que se veía venir lo , quien anunció la a fin de tratar de frenar el . También dio una serie de medidas propias de la situación, como el libre uso de una parte de la , el no pago a las por un mes y un bono para los trabajadores privados que ganen hasta mil 500 soles, entre otras.

Sin embargo, no deja llamar la atención lo señalado por el mandatario, en el sentido de que mucha gente sigue en las calles violando la emergencia. Ha dicho que la mayoría de casos están en Loreto, Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad, por lo que todos los intervenidos serán puestos en manos del Ministerio Público para que los denuncie si es necesario. Desde el 16 de marzo hasta el miércoles último, han sido 21 mil 74 personas en esta situación. Una vergüenza.

Cómo será de grande la indisciplina y el relajo de la gente ante las normas dictadas a fin de evitar que esta pandemia se siga extendiendo, que las Fuerzas Armadas y la Policía se han quedado cortas de personal para el control en las calles, por lo que se ha convocado a por los menos 10 mil reservistas salidos de los cuarteles en los últimos tres años, con todo el esfuerzo que implica esa movilización motivada por los irresponsables que no que quedan en sus casas.

Si la gente no entiende por las buenas, tendrá que hacerlo en una comisaría y más tarde con un proceso penal. Mientras tanto, el resto de peruanos seguirá en casa por 13 días más, en las mismas condiciones que hasta hoy. No había otra salida, si vemos que los casos de afectados se siguen incrementando y nuestro sistema de salud está parchado y pegado con cinta adhesiva. Es cierto que el país está parado y que la economía se está resintiendo, pero hay muchas vidas en juego.

Ayer ha quedado demostrado que el Estado tiene que hacer muchos esfuerzos y destinar descomunales recursos para poner en vereda a la gente irresponsable e impedir que ellos mismos se contagien y hagan lo propio con sus familias. Inadmisible que el problema no solo sea un virus mortal que ni las más grandes potencias del mundo logran controlar, sino también los malos peruanos que andan parados en las esquinas o jugando fulbito en lugar que quedarse en casa.