Para que el Perú aproveche mejor sus recursos energéticos, se necesita cumplir con una regla básica que es generar confianza a quienes estén dispuestos a invertir. Se habla mucho de gas natural y la importancia de llevarlo a más regiones del país —como fue anunciado en el último Mensaje a la Nación —, pero dejamos de lado algo igual de importante: asegurar que tengamos suficiente gas natural para el futuro.
Cifras del Ministerio de Energía y Minas, en una resolución directoral a finales de 2024, muestran que, entre 2022 y 2023, nuestras reservas de gas natural más seguras —las que ya sabemos que existen y se pueden usar— han disminuido en más de 6%. En cambio, las reservas que podrían encontrarse, pero que aún no son seguras, han subido. Eso quiere decir que se está consumiendo más de lo que reponemos.
Si queremos que las empresas exploren más, inviertan y ayuden a que el país crezca con energía propia, necesitamos reglas claras, estables y ágiles. No basta con tener el recurso bajo tierra, hay que crear las condiciones para que llegue a más peruanos.
Más allá de los retos y las decisiones pendientes, hay algo que no se puede ignorar, el aporte del sector hidrocarburos al país. En el primer semestre de este año, las empresas del rubro transfirieron más de S/ 1,206 millones concepto de canon, una renta que el Estado redistribuye a las regiones productoras para impulsar su desarrollo.
Cusco recibió más de S/825 millones en ese periodo; Piura, cerca de S/ 173 millones; y Loreto, más de S/ 124 millones. Además, según datos oficiales las regalías pagadas durante el mismo periodo superaron los S/ 1,000 millones, solo en gas natural.
Estos recursos que se traducen en escuelas, carreteras, hospitales o agua potable demuestran que cuando hay inversión responsable y reglas claras, los beneficios llegan directamente a la gente.