La reciente declaración del presidente de los EE.UU., Joe Biden, de que defenderían a Taiwán ante una eventual invasión militar china, tensionando a Washington con Beijing, se parece a la llamada telefónica que recibió el expresidente Donald Trump, de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, provocado que China exprese su protesta por el significado derivado de esa conversación. Es una reacción de la Casa Blanca ante una China que se involucra en la Afganistán que acaban de abandonar. Pero la cuestión de Taiwán es para China innegociable.

¿Cuál es el problema?. Veamos. El 1°de octubre de 1949, el pueblo chino con Mao Tse-tung a la cabeza, logró el triunfo de la revolución comunista, estableciendo en el país la denominada República Popular China, que hoy cuenta más de 1402 millones de habitantes. En aquel año el grupo dominante del Guomindang se retiró a la provincia de Taiwán de China –una pequeña isla ubicada frente a la inmensa China continental– y, con el apoyo de fuerzas extranjeras, EE.UU, por supuesto, desde esa posición geopolítica, se enfrentó al gobierno central.

La política de Estado de China ha sido siempre la unidad de una sola China donde la cuestión de considerar a Taiwán fuera de su territorio es inimaginable. Creo que no es realista y debería ser abordado con sensatez y con la misma prudencia que hoy China exige de EE.UU. Desde el mismo día de la revolución, China brega por la completa solución de Taiwán, incluso aceptando en 1979 la idea de “un país dos sistemas” es decir que Taiwán pudiera mantener el sistema económico capitalista impulsado por la influencia de occidente. En los años 90 el líder taiwanés Li Denghui, sorprendió a Pekín con la visión separatista encaminada a la creación de dos Chinas que Beijing consideró un completo despropósito, lo que supone incluso una amenaza a la paz en la región.

El mundo se mantiene a la expectativa donde el Perú cuida muchísimo la relación bilateral, de allí que contamos con nuestra embajada en Beijing ante la República Popular China y una Oficina Comercial en Taipei ante las autoridades de Taiwán. Es tiempo de comenzar a considerar el realismo político y social sobre Taiwán de hoy, cuya población de 23,57 millones, es en su mayoría joven, y no se siente China, como la del pasado.