Hace mal la presidenta Dina Boluarte en empecinarse en atacar a la prensa y culparla de los males que ella misma se ha generado, pero tiene razón cuando señala que hay una clara animadversión de la Fiscalía de la Nación en su contra. Pero en esta ola incesante de pugnas ideológicas, las verdades y mentiras están en los dos lados.
Para muestra un botón. En la oposición, por ejemplo, un grupo de ciudadanos señaló en los últimos días que se ha “ampliado” la denuncia contra la jefa de Estado ante la Corte Penal Internacional (CPI), organismo de las NN.UU.
La supuesta denuncia original se presentó a mediados del año pasado por las muertes acaecidas en las protestas.
Entre los autores de la demanda están exintegrantes del gobierno de Pedro Castillo como Harold Forsyth y Sonaly Tuesta; exministros como Diego García Sayán, Marisol Pérez-Tello y Mirtha Vásquez o activistas de extrema izquierda como Indira Huilca y Carlos Rivera. Son 16.
Todos ellos saben que tal denuncia no existe, pero así se lo han vendido a la prensa. Como bien lo explicó a Correo la exprocuradora supraprovincial de DD.HH. Delia Muñoz, solo están calificados para realizar una denuncia el fiscal de la CPI o el Consejo de Seguridad de las NN.UU.
Pero además, explica que para que este “alcance de información” proceda y se convierta en una denuncia, los actos atribuidos como lesa humanidad tendrían que haber ocurrido “como un ataque generalizado y sistemático del Gobierno contra la población civil”, algo que, todos sabemos, no ha sucedido.
Boluarte, que llegó al Gobierno bajo el escudo del aborrecible Pedro Castillo, no es santa de mi devoción, y son elocuentes sus limitaciones, yerros y falsedades, pero en estas incurre no solo su Gobierno sino varios de sus detractores con cuentos chinos vendidos como verdad. Las mentiras no están solo en un lado.