Hasta el momento de su expulsión de la política por sus nexos con el golpe de Estado de Pedro Castillo y su ingreso al ámbito penal de la justicia, la excongresista Betssy Chávez apeló a sus complejos, resentimientos y vocación de dividir a los peruanos al referirse en su defensa ante el pleno del Congreso, a los peruanos que viven en los distritos de San Isidro y Miraflores, y a los afectados de Punta Hermosa, como si su crítica situación jurídica tuviera que ver con clasismo y racismo.

Algún alma caritativa debería decirle a esta señora recibida como abogada con tesis plagiada, que si está fuera del Congreso y con un pie en la cárcel es por su participación en el quiebre constitucional llevado a cabo por su jefe, cuando ella ocupaba el cargo de número dos del Poder Ejecutivo, desde donde coordinó todo lo necesario para la emisión del manifiesto golpista del mediodía del 7 de diciembre último, con el que su líder intentó convertirse en un vil dictador.

¿Qué tiene que ver en esto la gente que vive en determinados distritos de Lima? ¿Qué suma o qué resta que ella sea de Tacna, de Arequipa, Loreto o Lima? Puro complejo, puro resentimiento y puro odio que también ha hecho extensivos a la prensa que siempre calificó de “sicaria” y “mermelera” porque no le perdonaba que ponga luces sobre la ineptitud, la corrupción y la vocación golpista del régimen de pacotillas al que sirvió y del que se sirvió hasta para dar empleo a sus allegados.

Queda claro que la estrategia de defensa de los golpistas es llevar el asunto al ámbito de la lucha de clases, el clasismo y el racismo. Ya vimos el discurso del abogado charlatán argentino que se ha conseguido Castillo, un tal Guido Croxatto, quien ha venido a hablar de “colonización”, de “eurocentrismo” y a afirmar que el discurso del 7 de diciembre lo hicieron “las bases populares y el pueblo”. Disparate similar afirman los presidentes del continente que se han puesto del lado del quiebre constitucional y en contra la democracia.

Se nota qua la investigada Chávez ha sido una “buena” alumna de su antecesor en el cargo Aníbal Torres, gran admirador de Adolfo Hitler que desde el Estado y con la plata de todos nosotros no hizo otra cosa que generar odios y división entre los peruanos. Ayer al hombre le allanaron su casa. Allí tienen a su seguidora, con el mismo rollo hasta el final que de nada le sirvió, pues ha sido expulsada del Congreso para bien del país y puesta a disposición del Ministerio Público como cualquier ciudadana.

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