Durante la semana que terminó, una noticia alentadora casi pasó desapercibida en medio de la “visita” del investigado José Luna a Palacio de Gobierno, de la indignante demanda de Odebrecht al Perú y del incremento casi diario de los fallecidos por la deflagración de Villa El Salvador. Me refiero a la reducción de los índices de anemia que se ha producido en el país en el último año, entre los menores cuyas edades oscilan entre los seis y 36 meses.

La reducción entre 2018 y 2019 es de 3,4 por ciento. Si bien es poco y nos mantiene con unas cifras de vergüenza, al menos algo hemos avanzado y es de esperarse que sigamos en esa tendencia. En todas las regiones hubo menos niños afectados por falta de hierro, salvo en Puno y Cusco, donde habrá que trabajar con mayor énfasis. Las que más mejoraron fueron Pasco y Amazonas, seguidas de San Martín, Ica y Lima Metropolitana.

Hoy tenemos una cifra general de 40,1 por ciento de niños de entre seis y 36 meses con anemia. Significa que cuatro por cada diez menores en ese rango de edades sufren de este problema. Seguimos en la cola, hay mucho por hacer, pero repito, algo se está haciendo para salir del hoyo al que caímos en los últimos años por desidia de los gobiernos de Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski, quienes no adoptaron medidas contra esta gravísima situación.

Y señalo que los elevados índices de anemia son un gravísimo problema porque un menor que llega a los tres años de vida con esta deficiencia, estará condenado a ver limitadas sus capacidades intelectuales de por vida. Lo que pierde un niño con carencia de hierro no podrá ser recuperado más adelante. Con esto se le estará condenando a no poder desarrollar todas sus capacidades y a permanecer en el espiral de pobreza que ha heredado de sus abuelos y padres.

Queda mucho por hacer. El índice de anemia infantil sigue siendo una infamia, sobre todo si recordamos que año a año las autoridades inflan el pecho afirmando que somos el único país de la región cuya economía crece en medio de la turbulencia mundial. De nada sirven las cifras en azul si tenemos al 40 por ciento de niños de hasta tres años viviendo un drama. Bien por lo avanzado, que debe ser apenas el principio.

LO QUE PIERDE UN NIÑO CON CARENCIA DE HIERRO NO PODRÁ SER RECUPERADO MÁS ADELANTE

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