El asesinato de Paul Flores, vocalista de “Armonía 10”, hace exactamente una semana, conmocionó y sigue indignando a todo un país por la cruel y artera forma en la que se produjo su muerte, que evidenció el nivel al que ha llegado la delincuencia en el Perú.
Aunque todos los días somos testigos de noticias que difunden extorsiones, sicariato y muerte, la desaparición de un integrante del gremio artístico generó una movilización pocas veces vista que ha logrado unir a todos los sectores de la sociedad en contundentes protestas antes la inacción de las autoridades. Aunque se conocía que muchas agrupaciones de cumbia y de otros géneros musicales venían siendo extorsionados y obligados al pago de cupos, tuvo que suceder el homicidio del cantante de Armonía 10 para que las más conocidas orquestas revelaran el drama que hoy significa ser un artista en el Perú.
Salir a cumplir un compromiso artístico, tener que sonreír al público, cantar horas sobre el escenario y por dentro sentir el terror, es una suerte de sentencia diaria de muerte que no se debe tolerar. Esa terrible sensación es la misma que viven a diario dueños de bodegas, farmacias, choferes de transporte público, gente sencilla y trabajadora que vive con la muerte a flor de piel. El alcance que tienen las figuras de la industria del entretenimiento gracias a la empatía que logran con la gente, ha permitido que el tema de la delincuencia exacerbada y que parece que no tiene fin logre la caída del ministro del Interior y que se exijan medidas más efectivas para combatir a los malhechores.
Lo que se deben entender los artistas que salieron hace unos días a protestar a las calles, que ese acto es un derecho que tienen como ciudadanos y que es político, porque el mensaje que quiere dar es que no se está de acuerdo con unas autoridades ineficaces, no hay que tener miedo al término. Lo que sí, hay que recomendarles a cantantes, actores, conductores de televisión, que deben alejarse de gente metida en la política, que no hizo nada para combatir la delincuencia y que hoy quiere congraciarse con ellos para las fotos de ocasión que les sirva para futuras campañas políticas. Lo importante hoy, es que el gremio artístico se mantenga unido, con metas y exigencias comunes, para no lamentar episodios de muerte que nos devuelvan a la realidad de que todo sigue igual que antes.