Las masas peruanas eligieron el 2021 a un sacha imitador de Cantinflas, que sigue sin entender si el pollo estuvo vivo o muerto y que encabezó la actuación en una obra dramática, propia de la ópera bufa de la coyuntura peruana de entonces. Ese gobierno fue cooptado por la mayor cantidad de aventureros, mediocres y truhanes de más baja estofa que habríamos visto nunca. El resultado: el absurdo y la corrupción a nivel de choros chaveteros, Los castillistas exportaron la imagen del Perú como una radiografía, muy por debajo de lo que podría ser un país africano recién independizado.
Y luego para terminar con este absurdo, a los políticos tradicionales se les ocurrió sacar de la manga de la provisionalidad a una señora abogada, que la Tinka electoral habría convertido en vicepresidente. ¿En qué momento se volvió a jo…r el Perú? Pues en este.
Nos dimos de cara con un régimen surgido del desorden y la repartija, con un inconmensurable nivel de entropía, cuyos intereses (y los de sus socios) se impusieron al país y quien está al frente de este desmadre, pretende desconocer cómo producto del contubernio conveniente y que la puso sin Rolex aún, a manejar las riendas del país.¿Cómo pretende terminar la Señora del Caos esta comedia ambulante? Pues adelantando el anuncio de las elecciones de abril del 26, antes que le pidan que adelante elecciones, antes que la madruguen y le echen los dóbérman de la Fiscalía por el sinfín de anticuchos que tiene y que pretende tapar con humo de brasa o con la tramoya dizque democrática, que nos acaba de colgar frente a todos, como inicio del que esperamos sea el último acto de esta patética obra.¿Quo vadis, Perú? Nadie lo sabe, empezando por quien escribe esto.