Steven Lewinsky y Daniel Ziblatt sostienen en su libro “Cómo mueren las democracias”, que las amenazas antidemocráticas ya no son los golpes de Estado, de militares u otros, sino la desconfianza política instalada entre las diversas fuerzas y sus representantes, llevada al extremo de Considere las diferencias como fuerzas a destruir sin capacidad de generar diálogo ni acuerdos políticos con perspectiva de Estado.

Ejemplos de la crisis democrática en el mundo son las fuerzas expresadas por Donald Trump en EE.UU. y Bolsonaro en Brasil pese al triunfo de Lula. En el caso peruano asistimos al debilitamiento sostenido de la democracia liberal y de su modelo económico vigente con la Constitución de 1993, expresión de la privatización en competencia destructiva basada en el individualismo.

Siendo la democracia un proyecto en construcción y perfeccionamiento permanente tanto como la sociedad y el Estado, no resulta factible pensarlo sin la variedad de diversos grupos organizados, sin la amplitud de culturas, costumbres e idiomas que la enriquecen, aunque algunos sectores busquen mantener su exclusión .

La sostenibilidad precisa institucional relaciones de confianza entre sus habitantes y construir con sus autoridades. Pero se trata de relaciones institucionales, no las basadas en la relación personal o familiar, sino aquellas que priorizan capacidades, esfuerzo y trabajo.

En el Perú necesitamos urgentemente reconstruir el sistema democrático basado en organizaciones políticas democráticas, sostenidas en propuestas programáticas, con reglas y órganos electorales que arbitran las diferencias.

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