A raíz del derrame de combustible en el mar de Ventanilla, un excandidato al Congreso y columnista de este diario como Eugenio D’ Medina hace una reflexión curiosa sobre la defensa irracional de la derecha peruana a Repsol, dejándole a la izquierda llevarse los laureles por la protección al medio ambiente. ¿Por qué los primeros son tan obtusos?

A la derecha le basta con no opinar sobre un atentado tan letal con las especies marinas, ni defender el campo laboral de los pescadores artesanales. Por lo tanto, entienden mal la defensa al empresariado, al creer que cuestionar al sector por esta irresponsabilidad los convierte en unos ambientalistas progresa e izquierdosos. Esta es la derecha impopular.

Un tema aparte es estar del lado del empresariado al velar por su seguridad jurídica -aunque este no es el caso- y otro, muy diferente, es cubrirle sus fechorías, como lo ocurrido con el atentado al medio ambiente. De ahí a echarle la responsabilidad al Gobierno por no actuar rápido es solo disfrazar la verdad a favor de Repsol.

Así como hay una izquierda cavernaria que todavía le tiene fe a replicar la revolución cubana y defiende la dictadura en Venezuela, ahora se puede comprobar que existe una derecha bruta que considera la defensa empresarial por sobre todas las cosas, aún cuando envenene a su propia población .

La defensa de un país, como en la guerra, debe lograr la unidad del mismo, con fuerzas de la derecha y la izquierda, sin pensar en los créditos políticos. En este momento debería ser más enérgico contra quienes ofenden al territorio patrio y no zafarse del problema para no perjudicar las inversiones en el país, como lo hace la derecha impopular.