Como era previsible, tras una jornada maratónica que terminó durante la madrugada de ayer, el pleno del Congreso otorgó la confianza al Consejo de Ministros que encabeza Vicente Zeballos con 89 votos a favor, 35 en contra y cuatro abstenciones.

Lo que también era previsible, y se cumplió, es que la mayoría de parlamentarios usó su curul (virtual o presencial) para lanzar propuestas populistas y demagógicas que son más de político en campaña -y no se entiende a qué, porque están impedidos de participar en las próximas elecciones-, que de un legislador analizando las propuestas y acciones de un gabinete que tuvo un interregno parlamentario de varios meses.

El accionar del Congreso de la República durante la pandemia ha dejado mucho que desear. Parece que los legisladores no se dan cuenta de la enorme responsabilidad que tienen en sus manos al ser el contrapeso de un gobierno que debe actuar frente a un hecho para el que no estaba preparado, y se dedican su agenda propia.

Lo que el país necesita es unidad y control político, por ello ambos poderes deben dejar de lado las rencillas para lograr salir adelante de la crisis sanitaria y económica en la que el Perú se encuentra inmerso.