El jefe del gabinete de asesores de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), general de brigada (r) Gustavo Bobbio Rosas, ha dicho públicamente que dentro de Palacio de Gobierno existe una oficina de la mencionada institución, lo cual no parece una idea descabellada. Al contrario, podría ser algo positivo para un presidente que actúa con responsabilidad y requiere tener a la mano toda la información y los escenarios posibles antes de tomar decisiones.

Si se ha confirmado oficialmente hay gente de la DINI al alcance de la mano del presidente Castillo en la sede del Poder Ejecutivo, entonces cuál es la explicación de que casi a diario se nombre en la administración pública a prontuariados, sinvergüenza, impresentables y buenos para nada, si fácilmente se pueden conocer los antecedentes de los candidatos a ministros y demás cargos públicos a través de una simple búsqueda.

Hace poco, por ejemplo, tuvimos a un procurador general que en el pasado había sido vinculado al narcotraficante Fernando Zevallos (a) “Lunarejo”. Meses antes hubo un ministro de Desarrollo Agrario y Riego al que se acusó de dos asesinatos, mientras que otro miembro del gabinete había estado en prisión. Hay prefectos vinculados al Movadef, y todo igual. Si nada de esto alertaron los “tigres” de la DINI que trabajan en Palacio de Gobierno, ¿entonces para qué están?

Acá solo hay dos opciones igual de preocupantes y escandalosas. La primera: que la gente de la DINI está pintada en la pared al no ser capaz de detectar ni a través de Google los antecedentes de determinados personajes; y la segunda: que el presidente Castillo nombra a esta gente impresentable no por su “falta de experiencia”, por “estar mal asesorado” o por “inocente”, sino con claro conocimiento de qué elementos está poniendo en el aparato estatal.

Yo creo más en la segunda opción. Sabe muy bien lo que está haciendo. El presidente Castillo no tiene nada de “inocente” ni “cándido”. Eso que se lo crean sus ministros incondicionales Alejandro Salas y Félix Chero. Si fuera eso cierto, en el pasado no hubiera salido a hacer huelgas con los senderistas reciclados del Movadef ni se hubiera aliado con un corrupto como Vladimir Cerrón para ser candidato. La mentira tiene patas cortas.

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