El líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, ha señalado que está a favor del control de precios y que el Estado regule la economía. Es una visión propia de los años 60, 70 y 80. Se trata de una receta fracasada que no ha hecho más que generar escases de productos y alza en sus precios. La última vez que lo vimos acá fue durante el catastrófico primer gobierno de Alan García.

En verdad no se esperaba más de Cerrón, un hombre que se ha quedado anclado en los años 70 y que cree que Fidel Castro sigue mandando en el Palacio de la Revolución y firmando alianzas nefastas con la Unión Soviética de Nikita Kruschov.

Sin embargo, preocupa que una entidad técnica como Indecopi, que hasta el momento no ha sido tomada por el nuevo gobierno marxista-leninista, haya salido a hacer “monitoreo de precios” de los productos de la canasta básica familiar, acaso con la idea de hacer creer que las alzas son consecuencia de especulaciones y campañas, y no de la incertidumbre que genera el régimen.

El Perú no está para volver a las recetas que ya fracasaron, pues las consecuencias, como siempre, las pagarán los más pobres. Lo que proponen Cerrón y el “partido de gobierno” no resiste el menor análisis. Su único sustento es una ideología que ya debería estar sepultada en el baúl de los malos recuerdos.