Luego de un mes de asumir el máximo cargo de la Nación, el presidente Francisco Sagasti dio una conferencia de prensa en la que enfatizó que “estamos recuperando el tiempo perdido”. Además, dejó entrever que todo se le puso cuesta arriba debido a la inestabilidad política, ya que en el último mes de noviembre hubo 51 ministros.

Sin embargo, algo es crudamente cierto. Hay algunos problemas que han tocado fondo y nada (ni las buenas intenciones ni el buen verso) parece capaz de revertirlos. Las explicaciones y argumentaciones expresan y deciden poco si no se complementan con medidas concretas. Uno de los temas que no se resuelve es el de las vacunas. Es cierto que el actual Gobierno heredó este contratiempo, pero en estas circunstancias ya no es una herencia sino una encrucijada con la que se debe lidiar con urgencia. Este primer mes ha sido de difícil tránsito para el Ejecutivo y parece que seguirá así hasta julio del 2021.

Ayer se escucharon frases como “estamos en negociaciones”, “estamos haciendo el máximo esfuerzo” y “no es una decisión que dependa de nosotros” para responder la pregunta que se hace todo el país. ¿Por qué no hemos asegurado un lote de vacunas? El único camino para Sagasti y compañía es plasmar acuerdos serios y creíbles para recuperar confianza. Para ello tienen que encontrar urgente la capacidad de articular esfuerzos.