En la situación actual en América, marcada por una nueva fase de rivalidades geopolíticas, los países intensifican esfuerzos para influir en la región. Estados Unidos busca fortalecer sus lazos y su influencia económica-política, mientras China invierte en infraestructura y recursos estratégicos. De otro lado, EEUU con su nearshoring (acercar industrias a EE.UU.) y su postura sobre el Canal de Panamá, genera preocupaciones.

En América existen tensiones entre líderes de diferentes ideologías, afectando la cohesión y dificultando acuerdos. América es rica en recursos y minerales, pero la falta de inversión afecta su desarrollo, al tiempo que las políticas migratorias dañan la seguridad y cooperación, tema importante por los efectos positivos como negativos, pues los migrantes pueden llenar vacantes en sectores específicos, pero generan competencia por empleos.

China, segundo socio en la región con proyectos de infraestructura, comercio-tecnología, ayuda militar, economía y apoyo a la construcción de un canal interoceánico en Nicaragua, genera gran controversia.

África está abandonando las alianzas occidentales por desilusión con las políticas, falta de intereses económicos, apoyo militar y descontento con las ONG, lo que lleva a muchos a acercarse a Rusia y China.

El alto al fuego entre Hamas-Israel y el intercambio de rehenes tendrían un impacto positivo en la región, reduciendo la violencia y abriéndose a futuras negociaciones de paz.

Como vemos en este panorama, la geopolítica está marcada por estrategias dinámicas y complejas que reflejan la competencia por el poder, basada en la influencia entre naciones que se mezclan en conflictos y brindan cooperación, siempre de acuerdo a sus intereses. Nada es casualidad ni gratuito.