Decía Platón que la obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo. Ricardo Briceño, reconocido empresario de larga e impecable trayectoria y expresidente de la Confiep, viene padeciendo una incomprensible e injustificable persecución de parte de la Fiscalía y del Poder Judicial. Fue comprendido inicialmente en la investigación fiscal del mediático caso denominado “Los cocteles”, aduciéndose que realizó un “fraude” contra la Confiep, “falseando balances y estados financieros”, “engañando” al gremio y a los aportantes que financiaron una larga campaña de promoción a favor de la inversión privada en todo el país, acusándosele de “lavado de activos”, a pesar de que ni la Confiep ni los empresarios donantes han denunciado ningún fraude y mucho menos lo han acusado de haber cometido falta alguna. La defensa del señor Briceño se vio obligada a presentar un recurso de amparo ante la Segunda Sala Constitucional de Lima para proteger la violación de sus derechos y terminar con la persecución de la que es víctima y ésta dictó, correctamente, la anulación de la decisión del juez para que sea exceptuado y retirado del proceso por no existir delito “fuente” causante de tamaña acusación. Hasta allí, todo parecía recuperar el cauce de la cordura y legalidad; sin embargo, el juez del Cuarto juzgado de Investigación Preparatoria a cargo del caso, se ha declarado en abierta anarquía judicial y, desoyendo la disposición superior, ha señalado que el señor Briceño pasará a pesar de todo a juicio oral, contraviniendo el propio Código Procesal Constitucional de nuestro país.

Resulta inadmisible y escandaloso que se exhiba este flagrante abuso de poder que coloca en indefensión no solo al señor Briceño sino a todos los ciudadanos de este país, y que viola el principio de legalidad y seguridad jurídica de la que todos debemos gozar. Que un juez desacate una decisión de un juzgado superior no solo es inadmisible, sino que es una aberración. Simular que se hace justicia a través de actos injustos es una barbaridad. No soy abogada, pero si ciudadana (y bien peruana) y espero que el Poder Judicial y sus instancias de control obren en la dirección correcta y corrijan de inmediato la evidente anarquía de un juez y de un fiscal.