El profesor Pedro Castillo ya es presidente electo del Perú y queda a las fuerzas democráticas y los ciudadanos mantenerse unidos para hacer una oposición que impida que desde el 28 de julio caigamos en manos de un régimen tirano, totalitario y obsesionado con aplicar medidas económicas como las que ya han fracasado en el mundo entero.
La oposición no podrá cumplir un rol similar al de otros tiempos, cuando la democracia no peligraba. Hoy tendrá la responsabilidad de frenar los arrebatos “marxistas leninistas” de Castillo, Vladimir Cerrón y su partido que según lo han señalado en muchas oportunidades, tenían la intención de tomar el poder para quedarse en él.
Estos señores ya tienen el poder. Ahora queda impedir desde una oposición unida y responsable, que impongan una dictadura como la que adelanta el ideario del flamante “partido de gobierno”, a través de una asamblea constituyente que parece ser un objetivo irrenunciable del presidente electo y quienes lo acompañan.
No es poca cosa lo que se pide a la oposición. Se trata nada menos que evitar que el Perú, a sus 200 años de existencia, caiga en manos del comunismo y de una dictadura.