El discurso de la presidenta Dina Boluarte ha enfatizado constantemente la importancia de la unión y el trabajo coordinado entre las instituciones del Estado. Sin embargo, en los últimos días sus acciones han enviado un mensaje contrario, generando cuestionamientos y polarización.
En un primer momento, Boluarte calificó de “vergonzoso” al sistema judicial peruano, y posteriormente lo cuestionó con dureza al criticar la liberación de una exalcaldesa, argumentando que esta reconoció haber recibido millones de la corrupción. Aunque creemos que tiene razón, sus declaraciones han provocado una fuerte reacción de la presidenta del Poder Judicial, Janet Tello, quien le pidió a la mandataria que evite descalificar las labores de las instituciones y sugirió que está siendo mal asesorada.
Para enfrentar la grave crisis de inseguridad ciudadana que afecta al país, la solución no pasa por la confrontación entre poderes del Estado, sino por el trabajo conjunto y el consenso. La lucha contra la criminalidad demanda unidad y la formulación de estrategias eficaces que fortalezcan el sistema de justicia en lugar de debilitarlo con disputas públicas.
Si el objetivo es realmente combatir la inseguridad y la corrupción, el camino debe ser el respeto institucional y la cooperación. La ciudadanía espera soluciones concretas y no enfrentamientos que solo agravan la crisis de confianza en el Estado.