¿Seguirá diciendo la presidenta Dina Boluarte que vivimos en un país en paz y tranquilidad? ¿Seguirá sosteniendo el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, que los operativos policiales contra la delincuencia están dando resultado? Con los últimos acontecimientos si no cambian de opinión, ya sabemos a quién deben cambiar.
La inacción contra la criminalidad está costándole caro al Gobierno. No hay mano firme ni planes para derrotar a la inseguridad ciudadana. Debe ser por eso que un reciente estudio de Ipsos Perú reveló que 9 de cada 10 peruanos desaprueba la gestión de Dina Boluarte. Y ojo que en la región central del país, el respaldo a la mandataria es cero, con un rechazo del 97%. Estas cifras, que en cualquier democracia resultarían insostenibles para un mandatario, son ignoradas por Boluarte, quien prefiere vivir otra realidad.
. ¿Qué dirá ahora luego de la muerte de un cantante de cumbia a manos de la delincuencia? ¿Qué dirá del ataque a una discoteca en Chiclayo? ¿Qué dirá de los explosivos detonados en el club Chepita Royal en Lima? ¿Qué dirá de las extorsiones a cientos de colegios privados?
A propósito del asesinato del intérpretes de Armonia 10, Paul “Russo” Flores, en Piura ya se manifestaron gritando: “Fuera Dina” y “Cierren el Congreso”. Incluso se escuchó a más de una señora diciendo que “en vez de hacerse cirugías, la presidente debe resolver los problemas de los peruanos”.
El Gobierno debe entender que la seguridad ciudadana no se restablece con demagogia y falsas promesas. Es hora de decisiones firmes, de políticas serias y de un compromiso real con la ciudadanía. La inseguridad no se combate con marketing, sino con resultados concretos.