El próximo jueves el Congreso interpelará al primer vicepresidente y ministro de Transportes, Martín Vizcarra. Algunos parlamentarios, amparados en la inmunidad, preparan una serie de cuestionamientos e incluso insultos para ganar primeras planas.

Si bien es cierto que la interpelación es un derecho del Congreso, también es un deber el respeto y decoro que se deben mostrar en estos actos, pero ya hemos visto la anterior interpelación del exministro Saavedra, por lo cual lo que veremos el jueves será una función más del circo romano.

¿Pero merece ser censurado el ministro Vizcarra? A mi entender no: Vizcarra es un ministro ágil, que busca hacer los proyectos, claro que el caso del aeropuerto de Chinchero es un tema controversial; sin embargo, el ministro ha parado cualquier desembolso hasta que la Contraloría dé luz verde.

De otro lado, percibo que el centralismo limeño no quiere que se haga Chinchero. Si alguna vez este aeropuerto se inaugura, la cantidad de turistas que vendrán del extranjero directamente al Cusco será impresionante, la Ciudad Imperial se convertiría en la segunda urbe más importante del país después de Lima en muy poco tiempo.

¿Quién perdería entonces? Los hoteles, restaurantes, agencias de turismo, bancos, seguros, etc. de Lima. Con toda seguridad, quien más pierde es el centralismo limeño, por eso me sorprende ver a parlamentarios del Cusco frenar Chinchero; hay que ser tonto para hacerlo.

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