Después de tanta incertidumbre ya tenemos presidente electo proclamado por el Jurado Nacional de Elecciones y con las credenciales en la mano. En pocos días Pedro Castillo estará juramentando ante al Congreso. En su primer discurso ha sintonizado bien con lo que la gente espera. Que terminen las divisiones y los enfrentamientos, queremos la unidad de los peruanos para hacer frente con éxito a la pandemia que amenaza con llevarse a más peruanos y a la reactivación económica para dar empleo a los millones que lo perdieron. Son momentos muy difíciles para el Perú y para el mundo, necesitamos fortalecernos en nuestras convicciones democráticas para recuperar la confianza en nuestras instituciones y en nuestros líderes. Castillo encontrará su legitimidad en los aspectos que ha puesto de relieve al recibir su credencial, cuando la gente lo vea como el asertivo enemigo de la pandemia, convocando a los mejores y desideologizando las tareas que interesan a todos los peruanos. Que convoque independientes que visten la bicolor y saben cómo hacer las cosas en salud, educación y economía. La desigualdad y la pobreza extrema se han agudizado en estos quince meses de sangre, dolor y lágrimas por alta mortalidad y masivo desempleo. Deberá proseguir con la vacunación impulsada por el gobierno transitorio que ya ha comenzado a dar tranquilidad y alivio aunque sin la velocidad ni el alcance necesarios para disipar los temores de una tercera ola que puede ser más dramática y letal. Todos queremos recuperar nuestra vida pre pandemia y quienes hemos tenido la suerte de ser inmunizados somos sobrevivientes de un tsunami aterrador. No es el mejor momento para una asamblea constituyente que podría ser necesaria pero no es urgente. Tendremos tiempo para ella. Primero que todo el mundo se vacune y que haya trabajo para desterrar el hambre Luego podremos pensar en el Perú próspero e igualitario que queremos.