Superaba la vorágine de los primeros días de Pedro Castillo como presidente de la República y completado el gabinete del cuestionado Guido Bellido con la juramentación de Pedro Francke y Aníbal Torres en las carteras de Economía y Finanzas y Justicia y Derechos Humanos, respectivamente, al flamante mandatario le toca transparentar su gestión.

Nos referimos, precisamente, al nivel de secretismo con el que se lleva la agenda y las reuniones del presidente y la carencia de un registro de a quiénes recibe Pedro Castillo y dónde lo hace.

En su calidad de mandatario, Castillo Terrones puede elegir no vivir ni trabajar en Palacio de Gobierno, pero lo que no puede hacer es decidir qué leyes debe respetar y cuáles no.

Una de estas leyes  a las que el presidente está faltando de manera flagrante es La Ley 28024, que exige que todas las instituciones públicas, incluida la Presidencia de la República, deben contar con un registro de visitas que consigne con quién se reúne un determinado funcionario.

La transparencia es necesaria, señor presidente. Defina un lugar fijo dónde va a despachar, transparente su agenda y permita que la prensa realice su labor.

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