Sorprende que la fiscal de la nación Patricia Benavides aparezca en un expectante tercer lugar en la lista de las 30 personas más poderosas del país, sobre todo por encima del presidente del Congreso José Williams, según la última encuesta de Ipsos para Semana Económica.
Esto revela el protagonismo asumido por la representante del Ministerio Público en la vida política, con un rol que le ha valido una guerra sin cuartel con el presidente de la república Pedro Castillo. Y cuando digo que sorprende es porque el contrapeso lo debería tener el titular del Legislativo.
En una de las diversas lecturas que le podemos dar a ese cuadro es que algo no está bien por el Parlamento. Los encuestados consideran, por lo tanto, que dicho poder del estado no está cumpliendo sus funciones a cabalidad o con excesiva y frecuente torpeza.
Si bien la fotografía muestra la activa participación de Aníbal Torres (segundo lugar por debajo del mandatario) como premier, cargo que ya abandonó, vale remarcar que este cuadro lo completa Vladimir Cerrón, el hombre fuerte de Perú Libre que con regularidad llama a corregir decisiones presidenciales.
Keiko Fujimori es registrada en un noveno lugar. Lo que a simple vista uno puede observar es una pérdida de peso político; sin embargo, creo más bien que se trataría de una estrategia para que no sea vista como una fuerza obstruccionista, pese a ser una de las impulsoras de la vacancia presidencial.
De esta manera, estamos frente a un escenario en el que los roles del contrapeso político están siendo tomados por la fiscal de la nación, la más poderosa del país, representante de una entidad que parece cumplir las funciones que otros han devaluado.