Al cierre de esta columna continúa el ardoroso y polarizado debate en la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos de América -la otra cámara es el Senado- sobre el juicio político impulsado contra el presidente Donald Trump para lograr su destitución. Es probable que los demócratas consigan holgadamente la aprobación en esa cámara para que en el mes de enero de 2017 sea abordado en el Senado el caso donde se abrirá el verdadero juicio contra el mandatario neoyorquino. Para conseguir dicho objetivo se requiere contar con mayoría simple y los demócratas tienen razones fundadas para sentirse tranquilos. En efecto, siendo 235 los miembros de este partido de un total de 435 representantes, es evidente que van a lograr su cometido, es decir, sumar las 217 votaciones que describe la exigida mayoría simple. Con ese cometido los demócratas habrán hecho realidad sus verdaderas intenciones en el plan político mirando las elecciones de 2020, es decir, menoscabar políticamente al presidente de tal manera que llegue a noviembre de 2020 desprestigiado y, en consecuencia, mermado a la hora del sufragio. La consigna demócrata, entonces, es que Trump no sea reelegido aun cuando no alcancen destituirlo. El juicio político en el Senado pondrá sobre la mesa las evidencias incontrastables de los dos cargos imputados a Trump, esto es, abuso de poder y obstrucción a la justicia relativos a la trama ucraniana para presionar al presidente de ese país en el objetivo de impactar contra la figura del precandidato demócrata a las presidenciales de 2020, Joe Biden, a la sazón, otrora vicepresidente en la administración de Barack Obama. Nadie sensatamente podría creer que Trump será destituido. En el Senado de 100 miembros, los republicanos tienen mayoría -53- frente a los 43 senadores demócratas y 4 independientes. Conforme la Constitución estadounidense debe conseguirse 2/3 de las votaciones en la también llamada cámara alta, es decir, 67. Matemáticamente eso no pasará y políticamente es irreal creer que por los menos 20 senadores republicanos voten a favor de la destitución del cuadragésimo quinto presidente de la nación más poderosa de la Tierra.