Desde el 2008 las Naciones Unidas celebran cada 15 de setiembre, como ayer, el “Día Internacional de la Democracia”; sin embargo, no todos los Estados -193- que componen la ONU, creada al final de la Segunda Guerra Mundial (1945), son democráticos, es decir, en el mayor foro político del planeta existen países con dictaduras, tiranías, totalitarismos, etc.

La democracia, que por estos días tanto se menciona en EE.UU. como en Perú, es decir, el gobierno del pueblo como la definió Pericles durante la oración fúnebre que le tocó pronunciar en homenaje de los caídos en la primera campaña del Peloponeso -siglo V a.C.-, tal como fue transcrito por el célebre Tucídides en su famosa obra “Historia de las guerras del Peloponeso”, es la forma de gobierno idónea para las naciones del mundo.

Algunos la quieren y preservan con éxtasis como los ciudadanos de las extrece Colonias de Norteamérica con George Washington a la cabeza, en 1776, y otros, es verdad que los menos, la desprecian, como los revolucionarios bolcheviques que aniquilaron al zar Nicolás II y a toda su familia, en Rusia, en 1917, porque limita sus aspiraciones en la conducción del poder.

La democracia no es perfecta y que así lo sea, lejos de ser una vulnerabilidad como muchos creen, es parte del frenesí de los hombres por defenderla hasta con la muerte como ha pasado en innumerables episodios de la historia política del mundo.

Aunque las mayorías deciden, como bien dice Aristóteles, no es verdad que la democracia lo sea solamente de ellas. No. Ese es un grave error que termina por confundir a los elegidos para administrarla pues embriagados de poder, muchos quedan convertidos en completos tiranos.

Es verdad que la voluntad del pueblo es la excelsitud de la democracia pero cuidado que quien la ejerce en nombre de los gobernados, muchas veces deformado, también por su embriaguez, termina despreciándola.

La mejor democracia es la que garantiza el control de gobernantes y gobernados. Los primeros para que no se conviertan en despóticos o ladrones, y los segundos, para que no acaben alineados o fantoches. Pero la democracia es lo mejor que tenemos y hay que defenderla.