Se ha ido generalizando dentro de los discursos y normas en diferentes instancias de la gestión pública, el Minedu y las ONG el uso de términos cuyos significados me parece no son los apropiados, y más bien responden a criterios ideológico-sociológicos o a modas de un amplio sector de profesionales de la función pública. Un ejemplo de ello es la palabra “brecha” o su plural “brechas”, que muchas veces son utilizadas por esnobismo y se han generalizado creo inapropiadamente.
Me llamó la atención la realización de un congreso educativo en una provincia titulado “Brecha Cero en Aprendizajes”. Brecha según la RAE significa: “Rotura o abertura irregular, especialmente en una pared o muralla”; “Resquicio por donde algo empieza a perder su seguridad o consistencia”; “En el ámbito de las políticas públicas se refiere a una asimetría que afecta a diversos grupos sociales”.
Pregunto: ¿pretendían referirse a la diferencia del aprendizaje entre estudiantes de los ámbitos urbano y rural en el Perú donde la diferencia sea cero o muy pequeña, aunque sea con resultados muy bajos? Si fuese así sería un contrasentido porque lo que debemos aspirar es a “disminuir la diferencia con logros de aprendizaje mínimo por encima del promedio y no solo disminuir a cero, aunque los logros sean muy bajos como los actuales”.
Lo mismo sucede cuando se dice “disminuir la brecha en infraestructura” y “disminuir la brecha en presupuesto”. Lo correcto, me parece, sería “disminuir el déficit de infraestructura en mal estado y de presupuesto educativo en todo el Perú en un contexto de equidad.
No menos importante creo es analizar la pertinencia en educación de otros términos muy utilizados como “mapear”, “en la lógica de”, ”de cara a” etc.