La Parada
La Parada

Ningún habitante de Lima puede estar en contra de la erradicación del mercado de La Parada por insalubre, inseguro e indigno para ser el principal centro de abastos de la capital de un país que se jacta de crecer y de querer entrar a las ligas mayores del Primer Mundo. Es por eso que urge apoyar la desaparición de ese recinto de paredes amarillas, que antes ningún alcalde de Lima se atrevió a mover.

Sin embargo, la gestión de Susana Villarán tiene que actuar con mucha cautela, dentro del ámbito de la ley y sin ver este delicado tema para la ciudad como parte de una campaña a la reelección que se ve venir, pues por trabajar irresponsablemente tuvimos los lamentables sucesos del 25 de octubre del 2012, donde hubo muertos, saqueos y maltratos a la Policía, para que al final La Parada siga funcionando.

En ese entonces, el fallido e ilegal bloqueo a La Parada se hizo el mismo día en que la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) se iba a pronunciar sobre si habría o no proceso de revocatoria contra Villarán. Extrañamente, en horas de la tarde se hizo el operativo, que fue un rotundo fracaso, al extremo de que la propia burgomaestre y el entonces ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, tuvieron que admitir errores.

Desde el domingo último hemos visto un mejor trabajo a cargo de Susel Paredes, la gerente de Fiscalización y Control de la Municipalidad de Lima, que llegó a La Parada para adoptar la medida administrativa de clausura del recinto, mientras que en la vía judicial corre el proceso para sacar a sus ocupantes, algo que debió hacerse antes del mamarracho de intervención de octubre del 2012, para evitar así la medida que el entonces juez Malzon Urbina dictó a favor de los comerciantes.

La Parada tiene que desaparecer para que comience a funcionar Santa Anita. Pero las cosas hay que hacerlas bien. No se hizo de acuerdo con la ley en el 2012. Sin embargo, ojalá que esta vez veamos cerrado el viejo mercado victoriano, que hace muchos años debió ser erradicado por el bien de todos los limeños.