Para muchos sus bailes, cantos, coreografías y mensajes detrás del aparente divertimento fueron una cachetada a la administración Trump y su política antimigratoria, para otros, su presencia en el Super Bowl como atracción del medio tiempo fue la demostración del poder latino en los Estados Unidos. Para Jennifer Lopez y Shakira fue eso..y más, también la oportunidad de hacerle recordar a la industria del entretenimiento que siguen vigentes y que no las deben considerar estrellas de segunda. No fue casualidad, por ejemplo, que la “diva del Bronx” armara gran parte de sus coreografías teniendo como base el “pole dance”, que es lo que practica su personaje en “Estafadoras de Wall Street”. Con muy buenos comentarios de la crítica por su actuación y cuando todos pensaban que por fin le había llegado el momento de su primera nominación al Oscar, fue ninguneada por la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas. Lopez vio que era la oportunidad de hacerles recordar a quienes no pueden entender que es mucho más que una bom ba sexy, que ella es capaz de todo y su revancha fue brillar y de qué manera, inspirada en su “Ramona” de la cinta dirigida por Lorene Scafaria. Y si hablamos de aprovechar la oportunidad recibida, Shakira desempolvó sus hits en inglés que sonaron hace 15 años, para revivir una carrera entre el público norteamericano, al que solo había dejado escuchar sus éxitos en español con populares cantantes de música urbana. Tampoco fue gratuito que convocara a Bad Bunny para interpretar los hits, que permitió que a las pocas horas las descargas de “Whenever, Wherever” en iTunes llegaran al primer lugar y así también en Spotify. No será nada raro entonces que pronto la colombiana vuelva a lanzar en inglés los temas que necesita para que reafirme su vigencia en el mercado gringo. Aseguran que Shakira y Jennifer Lopez no cobraron ni un dólar por su espectáculo en el Super Bowl, eso sí los organizadores se encargaron de toda la logística que pidieron las estrellas, nada más. Las latinas no recibieron pago alguno, pero lo que ganaron está más allá de los millones que vieron su perfomance en el mundo entero; significó reafirmar una carrera que aún tiene mucho que ofrecer.

Jennifer lopez y shakira le hicieron recordar a la industria que no son estrellas de segunda

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