Finalmente la verdad va saliendo a la luz sobre la lamentable muerte del músico Eduardo Ruiz Sánz, conocido como “Trvko”, tras la marcha del 15 de octubre próximo, por el rebote de un disparo efectuado por el suboficial de tercera PNP Luis Magallanes Gaviria, tal como lo han establecido la prueba de balística forense del Ministerio Público, las imágenes de las cámaras de seguridad en la zona, el testimonio de gente cercana a los hechos que vieron al agente disparar al piso y el coherente relato del propio efectivo.
Anoche, en entrevista al programa de Milagros Leiva, el suboficial Magallanes Gavidia ha dicho, desde su cama en el Hospital de la Sanidad de la Policía Nacional que, en buena cuenta, tuvo que usar su arma para evitar que lo sigan masacrando luego que un grupo de sujetos infiltrados en una movilización pacífica contra el gobierno y la inseguridad, lo descubrió como miembro de la Policía Nacional cuando caminaba por la Plaza Francia. Incluso en un video se ve cuando trata de escapar y le dan con una botella en la cabeza.
Pero no solo eso. Este policía, para el que no se ha pedido arresto preliminar y en breve podrá volver a sus labores para afrontar en libertad la investigación respectiva, ha dicho que una vez que efectuó el disparo y salió corriendo, fue nuevamente atacado por una turba que lo despojó de su pistola y de su teléfono celular. Al final, el suboficial Magallanes Gaviria fue rescatado por el personal del serenazgo limeño. ¿Estos eran los manifestantes “pacíficos” que tanto mencionan algunos?
Lo determinante en todo esto es la pericia balística, que indica que la bala encontrada en el cuerpo del fallecido estaba achatada y deformada por el choque previo en la pista, y que su trayectoria era de abajo hacia arriba, con lo que queda descartado el tiro directo con la intención de matar al músico Ruiz Sánz, que es lo que tratan de hacer creer los que afirman, sin sustento, que este lamentable suceso fue un acto intencional o hasta producto de una “política de exterminio” contra los ciudadanos que protestan en las calles.
Es verdad que jamás debió ocurrir la muerte de Ruiz Sánz ni de ninguna persona. Sin embargo, no se puede soslayar lo que indica la evidencia científica respecto al disparo efectuado por un policía que era víctima de una turba que amenazaba con quemarlo, con matarlo. Queda esperar que el Ministerio Público y el Poder Judicial actúen como hasta ahora: con las pruebas por delante, más allá de las presiones de ciertos sectores, entre ellos algunos que promueven la desestabilización.




